martes, 30 de septiembre de 2014

UNA FOTO EN EL ARMARIO








Ese día hubo un desequilibrio en mi cabeza, como cuando se desordena un rompecabezas.
Se tocaba solamente una canción,
Era parecida a la que siempre ponían en aquella vieja estación de radio por las tardes.
Terminaba de contar cuantos arboles había a través de la ventana y volvía a comenzar.
Solo veía a Jonathan disfrutar del peligroso viaje, sin ninguna señal de mareo o frustración.
En ese tiempo no pensaba mucho, solo hacia las cosas por diversión, era algo grandioso. Era sinceramente Feliz.
Jugábamos a ser libres, si alguien no lo hubiera hecho, hoy sentiría culpa y arrepentimiento.
“Nunca te arrepientas de nada “era su frase favorita.
Aun recuerdo que colgado de uno de los vagones gritaba, ¡Mira! ¡Lucy! ¡Estoy volando!,  después su amigo William, quien tras tirar un poco de saliva al aire, le caería a Jonathan, algo tan gracioso y peligroso. Eran unos tontos sin control.
¿Que habrá sido de ellos?, me pregunte sentada en una silla, con vista al horizonte, ya que unos años después, cada quien, tomaria su propio camino.