viernes, 27 de septiembre de 2013

UN NUEVO BARCO EN AMERICA




Hernán Cortez y Freíd el locuaz.

    ¡Mi Señor Hernán! ¡Mi Señor! ¡Se nos ha acabado el agua!

    ¿Por qué dice eso marinero? ¿Qué no es que nos encontramos en mar abierto? ¿Me está usted tomando el pelo?

    ¡Lo siento mi Señor! Es que ya hemos llegado a tierra.

    ¡Tierra! ¿Dice usted?

    Si mi señor, lo acabo de confirmar con mis propios ojos.

    ¿Me está usted tomando el pelo marinero?, pero si usted es tuerto de un ojo y con el otro apenas puede ver.

    ¡Señor y usted es calvo, usa peluca y un sombrero!

    ¡Es una expresión marinero! ¿Acaso quiere ser lanzado por la borda?, Esos tiburones se lo comerían en un santiamén.

    ¡No mi señor!, tengo una familia que alimentar.

    ¿Me está usted tomando el pelo marinero?, lo conozco de hace varios años y se que en España no tiene a nadie que lo espere. Así que no me venga con sandeces. Mejor dígame ¿Cómo está el clima allá afuera?

    Pues parece que esta como santa petra de los aparecidos, pero se va a poner como la Reina Isabel.

    ¿Cómo santa petra de los aparecidos dice usted? ¡Que no me venga con sandeces le he dicho! ¡Explíquese!

    Pues esta ¡Espantoso!, pero en poco tiempo se va a poner muy bien.

    ¡Más respeto marinero! ¡Más respeto!, ¿Cómo se atreve a comparar a la Reina Isabel con el clima?, esa mujer es ¡exquisita! ¡sublime! ¡esplendorosa!, no hay nadie como ella. Valla a traerme algo que comer, que toda esta charla me ha abierto el apetito.  ¡Ahora!

    Pero ¡Señor!, ¡Se nos ha acabado la comida!

    ¿Me está usted tomando el pelo marinero?, pero si no traemos a una tripulación numerosa y zarpamos con toneladas de víveres, ¿Cómo es posible que se nos allá acabado la comida?

    Señor, recuerda que en la isla anterior usted me dijo, “Tenemos que aligerar la carga, alimentad día y noche a toda la tripulación” cuando nos bebíamos el último trago de su botella especial de vino, hecha con las mejores uvas de toda España.

    ¿Me está usted tomando el pelo marinero?, pero si será usted ¡imbécil! Yo dije que “Teníamos que conservar la carga, que aguantarais día y noche la abstención”, ¡Valla a traerme algo que comer! ¡Ahora!

Y ahí iba, el locuaz freíd, andando por la isla, buscando algo que comer, adentrándose mas y mas hacia el fondo de la selva, solo con su valentía y sus miedos. ¡Vaya! que su cara reflejaba más miedo que valentía. Cuando de pronto se mira perdido entre la selva.

    ¿Por qué?, ¿Por qué me pasa esto a mí? ¿Pudiendo pescar algún tiburoncito, algún cangrejo o una ballena? He tenido que perderme en esta selva, que triste mi condena.

De pronto escucha que algo se mueve entre las plantas, se asusta tanto, que de valiente ya no le quedaba nada. Sus piernas temblaban, sus manos parecían maracas danzantes, su cara se había puesto más blanca que la bandera de la tregua y de pronto la tripulación escucha un grito, don Hernán se asusta y decide ir por él con la valentía que lo caracterizaba.

    ¡Arribad! El ancla, mis marineros, hoy descansaremos en tierra firme. Pero primero iremos en busca de mi marinero perdido.

   ¡Freíd! Gritaba don Hernán, cuando se da cuenta de una insólita y     vergonzosa verdad…

jueves, 26 de septiembre de 2013

MI PSICOLOGA.


Autor: Carlos Jimenez.

Ricardo y Lily.

¡Me quiero pegar un tiro!, dijo Ricardo, muy desesperado y con lágrimas en los ojos, quien lo iba a decir, aquel chico de veintidós años se había decepcionado de la vida tan pronto, tenía un arma consigo y justamente una bala, el miedo a enfrentar sus propios problemas, se había vuelto un gran problema.

    ¿Por qué dices eso Ricardo?, pregunto Lily, con un cigarro en la mano y algo despreocupada, al ver el arma que llevaba consigo Ricardo.

    Ya nada es como antes, no me tenía que preocupar por pagar luz, agua o renta, ni siquiera por la comida, con tan solo ir a estudiar y sacar buenas notas me bastaba, y mucho antes de eso, con tan solo obedecer a mis padres, tampoco me tenía que preocupar por tener que repartir solicitudes de empleo como si fueran panfletos o servilletas desechables, ni mucho menos por el IVA, el pasaje, el tiempo, las ganas, el cambio, las elecciones, las manifestaciones, o por ser yo mismo, decía melancólicamente en su momento de regresión, ¡Ya nada es como antes!. No sé cómo me ha podido pasar esto, recuerdo lo que dije aquel día, hace cuatro años, en el que me levante muy feliz porque había logrado terminar el bachillerato, “hoy la vida me sonríe y sé que no siempre va a ser así, pero aunque no sea así, le terminare devolviendo la sonrisa que algún día me dio”, ahora me rio de mis palabras, mi vida no era sencilla entonces, creo que solo la está viviendo por encimita, ahora que la vivo de tope a tope, me doy cuenta de muchas cosas. Muchos me decían que siguiera estudiando, pero entonces no procesaba muy bien mi futuro, ni siquiera sabía lo que quería, solo que debía seguir estudiando.

    ¿Y aun lo quieres?

    Pues definitivamente si, pero ya nada es como antes.

    Cálmate Ricardo, estas muy tenso, mira mi cigarro, no me asusta tanto como una bala, sé que me matara algún día, pero lo sigo consumiendo, no hay mucha diferencia entre ese trocito de metal con pólvora y este pitillo de cáncer. Yo era como tu, tan feliz y contenta por haber terminado el bachillerato, hace como siete años, si no mal recuerdo. Desde entonces he observado mis problemas, pero no solo los he observado, los he tratado de arreglar, y mira lo que he conseguido, una muerte lenta y segura, ya deberías saber que no soy muy paciente y que me estreso muy rápido. Pero yo no he elegido el camino fácil y no sería tan valiente como para pegarme un tiro, preferiría dejar que las cosas sigan su curso y tal vez cambien, ¿pegarme un tiro? ¿estás de broma?, mejor me fumare un cigarro mas, total y al final llegare a donde mismo, realmente no tengo prisa en morir, claro, sé que tengo problemas como todos, pero eso ya no me desespera tanto porque de algún modo pienso en que tienen solución, ¿Por qué no te vuelves a mirar en el espejo? y me cuentas a que no le encuentras solución.

   ¡No entiendes Lily! ¡No entiendes!

    ¿Qué es lo que no entiendo? ¿Qué ya nada es como antes? ¿Acaso una bala te regresara cuatro años atrás? Porque si es así, entonces yo también me pegare un tiro en este mismo instante. Dispara chico, ¡hazlo!, le devolviste una sonrisa a la vida cuando te trato bien, y ahora que ya no es tan generosa, la dejas por aquella perra fácil a la que llaman muerte, la has decepcionado amigo, haci que dispara, ¡Vamos! ¡Hazlo! ¡Ahora!

    Una… dos… ¿Por qué?, ¿Por qué? ¡Ya nada es como antes! ¿Por qué?

    Para de lloriquear y ¡Hazlo! ¡Dispara!

    ¡No puedo! ¡No puedo hacerlo! ¡No tengo el valor! ¡Ayúdame! ¡Por Favor! ¡Ayúdame! Dijo Ricardo muy desesperado, tembloroso y con lágrimas en los ojos.

    Hoy el cielo te ha escuchado y te ha declarado inocente y estúpido ¿Sabias?

    ¿De que hablas?

    El arma que te preste no tiene balas idiota, pero toma, fúmate un cigarro conmigo, te matara de igual forma, solo que más lento, ¡Vamos! Anda.

    ¡No quiero fumar nada!, ¿Me has engañado? ¿Qué estúpido he sido? ¿Cómo he podido confiar en ti?

    Relájate Ricardo, jamás te lo he dicho pero todo tiene un porque, crees que yo no me he querido pegar un tiro nunca, he tenido tantos problemas como ideas en la mente, así que no me vengas con que no tienes trabajo, con que te va mal, con que todos están contra ti, porque hay personas que la pasan mil veces peor que tu en el mundo. Préstame esa pistola, te mostrare que no tiene balas.

Lily estaba muy confiada de que esa arma no tenia balas así que realizo dos tiros, el primero era falso, pero el segundo era tan real como los problemas de Ricardo. Los dos asombrados de aquel disparo, se quedaron en silencio un par de minutos.

    ¿Me habías dicho que el arma no tenía balas?

    Y no tenia, en realidad no entiendo que ha pasado. Tal vez has tentado tanto a la muerte que no ha podido resistirse a intentar llevarte con ella. O tal vez alguien ha dejado accidentalmente ahí esa bala.

    Por un momento creí que si me dispararía. En verdad lo creí.

    Aunque esta sea nuestra cuarta sesión y ya que mis métodos no son tan ortodoxos, creo que todo va a ir bien de ahora en adelante, ya has tocado fondo y no creo que vuelvas a intentar pegarte un tiro. Pero claro, siempre puedes intentar aventarte de un puente, cortarte el cuello o ahogarte en el océano, está bien, no pongas esa cara, solo bromeo. Me harías un grandísimo favor al no intentar quitarte la vida otra vez, fuera de mi consultorio. Ahora tienes una segunda oportunidad, muchas veces no apreciamos lo bueno de la primera y necesitamos que alguien nos restriegue en la cara nuestra verdad y la verdad es que tu estas sano, tienes dos pies y dos manos, tienes veintidós años, tienes un sin fin de oportunidades esperándote allá afuera, realmente las tienes, hay miles de personas, que digo miles, millones de personas en el mundo que quisieran estar en tu lugar, personas marginadas, oprimidas, indigentes, esclavos, cosa que es indignante porque todavía existen, gente a la que le falta un brazo o una pierna o ambos y es tanta su fuerza de voluntad que aun así salen adelante. Asi que no me vengas con que tus problemas son muy grandes porque si estuvieras en el lugar de alguien más desearías mil veces tener esta vida que tienes ahora que la de ellos. Sé que puedes resolver cualquier problema que tengas, solo tienes que confiar más en ti. Solo piensa lo que te digo quieres, ah por cierto eso que el arma disparo era salva, tal vez te hubiera dejado un moretón, solo eso. Cuídate y te espero el jueves que viene, que hablaremos de tus propositos. Y no hagas nada estúpido.

miércoles, 25 de septiembre de 2013

Maybe you are Juliet, but I'm not Romeo.




Autor: Carlos Jimenez

Maybe you are Juliet, but I’m not Romeo.

No soy el prototipo escogido ni vendido
Ni soy el sagaz y feroz caballero
Aquel que vende al clero, una imagen y un sendero
Acabando por ser alguien más en el olvido.

No soy ni la ropa que visto
Ni la piel que conquisto
Ni tu sueño entrevero
Que escogido por tus ojos
Pareciera que la muerte espero.

No soy ni la voz, ni el silencio que ínsitas
No soy un amor de literatura
Un personaje de acción, Un poema o una canción,
Al cual algunos imitan queriendo ser romeo,
Algo difícil de hacer, así es como lo veo.

Quizas tu seas Julieta, quiza yo sea Romeo,
Quiza fui un don Juan, quiza fui un don leo
Algún cesar, algún sigfreíd, algún fariseo
Quizas el amor nos vino en cantidad
Por eso fue trágica aquella historia
De un cariño del cual cuya verdad
No ha sido revelada aun a la sociedad.
Quizas tu seas Julieta, pero yo…
Yo no Romeo.

martes, 24 de septiembre de 2013

Dias Vividos: Tercera Parte.



Días Vividos: Tercera parte.
Autor: Carlos Jiménez.

     Pues… es cierto que el nombre del Libro inicia con “Diez pasos para… “pero estas muy lejos de poder adivinar el final de el titulo con tan solo preguntarme si tengo novio. —
     Lo sé, la verdad es que esta pregunta era solo un espejo para saber de que forma lo tomarías, no era tanto por el Libro, si no por ti.  Pero aun así, se que podría adivinar ese nombre en tres preguntas, no más. Y por lo que he visto, no me será muy difícil. Para empezar, te puedo afirmar que ese Libro tú no lo compraste, te lo presto o regalo algún familiar. —
     ¿Por qué dices eso? —
     “Diez pasos para”, me suena como el inicio para una persona que está en rehabilitación, alguien decaído, alguien dispuesto a superarse, y a ti sinceramente, a simple vista no aparentas ser alguien que tenga una adicción, generalmente esas personas suelen ser de otros perfiles, no seré un especialista, ni mucho menos un investigador, pero al observar a las personas me doy cuenta de muchas cosas interesantes, sobre porque mantienen sus manos ocupadas la mayoría del tiempo, sobre porque algunos hacen deporte, otros caminan más rápido que otros, sobre el reflejo de el rostro,  la forma en que hablan, la dirección de su vista hacia otros, en fin, expresiones corporales. Aunque te confieso que a veces no me gusta juzgar a las personas por la primera impresión, pues tienden a ser el cincuenta por ciento lo contrario a como yo deduzco que son, a lo que me lleva a hacerte mi primera pregunta: ¿Tienes alguna adicción por algo?—
     ¡Ah! ¿Crees que soy una adicta? —
     ¿Lo eres?, oye no me malinterpretes, es solo una pregunta sin prejuicios, ¿está bien? —
     ¡Claro que no! No estoy leyendo esto porque tenga una adicción, estoy leyendo esto porque me dijeron que era bueno para…
     ¡Espera! ¡Espera! No sigas, dame el beneficio de la duda, en realidad no crees que pueda adivinar ese título ¿cierto? —
     ¿Realmente? , ¡no! —
     Me gusta tu honestidad, eso también habla mucho de ti, podría suponer que te gusta saber la verdad ante todo, aunque a veces esta no te parezca la más adecuada o beneficiosa, hay personas que le temen a la realidad y lo unico que pueden ver es una mentira de fantasía, de esas personas hay muchas, yo por ejemplo, voy por ahí caminando como turista por la vida, porque me gusta pensar que no me voy a quedar en un mismo sitio para siempre. Oye Isabel, ¿tienes tiempo para esto o tienes que ir a algún sitio?
     ¿Esa es tu segunda pregunta?
     No, es solo que te observo algo impaciente. ¿Qué tal si te invito un café y seguimos platicando? “Dije con una estúpida sonrisa”
     Creo que tengo algo de tiempo, mi hermano mayor llega hasta en la noche de trabajar y no me gusta estar en casa sola, te acepto el café, pero… si también me invitas un pay de queso, ¿Qué dices?, es que hace tiempo que no pruebo uno.
     Pues supongo que sí, digo, nadie le podría negar un pay de queso a una chica tan linda, inteligente, amigable, accesible…
     ¡Ya! ¡Basta!, me estás haciendo pensar que te atraigo de alguna manera y todavía no llevo ni una hora de conocerte. Sabes que y si mejor nos concentramos en tu segunda pregunta, ¿Cuál es por cierto?, no la has dicho.
     No la he dicho, porque esperaba conocerte un poco más, ahora sé que interpretas los halagos como una forma algo seria de atracción, yo lo decía porque es naturalmente visible que estas muy linda, y ahora también se que te gusta el pay de queso y tienes un hermano mayor.
     Y que me puedes decir de ti, ese libro que leías era algo pequeño y fácilmente podría deducir que guardas los libros grandes para tu casa y sacas las historias cortas a pasear, o ¿me equivoco? —
     Ahora ¿Quién es el que deduce aquí? ¿he? —
     Pues ese solo eres tú… no me cabe la menor duda.
     ¡Está bien!, vamos por tu café y el pay.

Saliendo de aquel rincón donde nos encontrábamos, sentados y platicando, me dispuse a guiarla hacia el sitio donde le invitaría un café, de esos fríos que se venden muy bien últimamente en temporada de calor. Paramos en donde tocaba la orquesta un momento, pero la multitud ya no me abrumaba tanto como cuando pase de igual manera pero solo, era difícil de explicar, ni yo mismo sabía lo que era, algo que me pareció raro pero confortable. Recuerdo que ni siquiera pregunto a donde la llevaba, solo me siguió y confió en mis palabras, una característica muy escasa en mí. Siendo honesto, confió mas en lo que hace la gente que en lo que dice, así era yo, acciones, acciones, acciones…
Una cuadra después de pasar la plaza independencia, entramos a el café “Earth of Rock“, sonaba en la radio una canción de Elvis. La primera mesa estaba ocupada por una pareja de amigos, pero parecía que al chico le gustaba ella, porque la miraba de la forma más estúpida posible y sin disimular, no parecía que estuvieran juntos, así que diré que solo eran amigos y por la forma en que ella le hablaba a él, diría que posiblemente llegarían a ser algo mas si él fuera menos tímido, pero bueno eso ya no era de mi incumbencia, yo solo observe como siempre lo hago, detalles, detalles, todo eran detalles. Había unas cuantas mesas más, un par de sillones cómodos y las barras en la pared.  Isabel tomo la iniciativa y se sentó en la barra, a lo que me cuestione, ¿Por qué la barra? y se lo pregunte:

     ¿No estarías más cómoda en el sillón o en alguna de las mesas?
     No quiero aparentar algo o que malinterpreten algo que no soy, nunca me ha gustado eso.
     ¿Creo que no te entiendo?
     Te lo explicare, nos acabamos de conocer cierto y me caes bien, es solo que miranos, somos un par de desconocidos y mira, aquellos amigos aparentando que no se atraen, y aquella familia en el sillón, que se tratan como desconocidos, que de desconocidos no tienen nada, tan callados, sin decirse nada el uno al otro, créeme que si yo tuviera una familia como esa tendría mucho de que hablar o a quien molestar, esta barra es lo unico que me separa de una situación hipócrita.

Me quede sin palabras, al parecer ella se fijaba tanto en los detalles como yo lo hacía y de pronto tan espontáneamente como la mayoría de mis decisiones haci comenzó mi interés por Isabel. Le pedí un Frappe de galleta y uno para mí junto con su pay de queso. De repente saco el Libro del cual intentaba adivinar el nombre y tapando el final del título con su mano derecha, con una voz sarcástica dijo:

            —     Mira ¿No te gustaría saber el final del título?...
            —     Esta bien, aquí va mi segunda pregunta…


lunes, 16 de septiembre de 2013

Dias Vividos: Segunda Parte.


Días Vividos: Segunda parte
Autor: Carlos Jiménez




Recuerdo que saco un Libro también, fije mi vista en su titulo, decía algo de " Diez pasos para...", en ese momento me percate de que voltearía e incline mis ojos a el libro que yo leía. Cuando voltee de nuevo a mirarla, tenía una sonrisa en la cara, algo demasiado tierna y linda, pero que se yo de las sonrisas, mi hermano decía que mis cachetes tapaban toda mi cara cuando me reía, aunque no fuera de una figura estrepitosa, pero lo decía.

Me quede algo intrigado por el título del Libro de aquella señorita, ¿“Diez pasos para… Bailar”, ¿”Diez pasos para… perdonar”?, ¿”Diez pasos para… ganar dinero”?, ¿Diez pasos para que?, ¿Para que?...
Cruzaba mi pierna de un lado a otro, aun a lo lejos todavía se podía escuchar la orquesta y los numerosos aplausos, y muy, muy a lo lejos en mi mente seguía presente esa pregunta ¿Diez pasos para que?
Jamás pregunte, más sin en cambio dije:

¡Oye! Disculpa la interrupción ¿eres de aquí?

Posiblemente.

¡Ah! Soy Carlos, ¿Cuál es tu nombre?

Isabel.

¡Mucho gusto! Isabel. Y entonces Isabel ¿Si eres de aquí? ¿no?...

¿Porque la pregunta?

Solo curiosidad, es que no muchas personas de aquí vienen a sumergirse en la lectura a estas horas del día.

Pues déjame decirte que estas horas del día son las que más me gustan para venir a este lado de la ciudad a leer un poco.

¡Aja! ¡Entonces si eres de aquí!

¿Por qué tanta insistencia en si soy de aquí?, ¿Qué más da?

Bueno dejemos de un lado mi curiosidad, mi insistencia es por el libro que lees…

¡Ah!, Se llama...

No, no, no, no, espera no lo digas, quiero intentar algo nuevo, que a lo mejor y dirás que es muy estúpido, tonto y demás, pero quiero intentarlo de todos modos, ¿Te parece bien?

Pues ya me interrumpiste que mas me queda, dime ¿de que se trata?

Bueno, pues empiezo haciéndote una serie de preguntas y en base a las respuestas yo puedo adivinar el nombre de tu libro, ¿Qué dices?

¡Ah!, pero ya lo haz de haber visto cuando lo saque hace rato, ¿crees que no me di cuenta que me volteabas a ver?

¡Ja! ¡Ja! ¡Ja!, Bueno si te volteaba a ver,  es que te miras algo interesante y curiosa con esa sonrisa que tienes. Disculpa si te incomode.

Pero que dices, a cualquier chica le gusta la atención y más si es de alguien guapo como tú.

Me sonroje un poco, no como esas personas que se ponen rojas como tomate, si no como a alguien a quien le agradaba escuchar un buen alago de parte de alguien totalmente desconocido, o en mi caso desconocida.
Dejando de lado tanto parloteo y hormonas mezclándose en el aire que respirábamos, le volví a preguntar:

¿Qué dices?  ¿Entonces si me dejarías adivinar?

Bueno está bien, solo porque me caíste bien.

Haber Isabel, ya que entramos un poco en confianza dime ¿Tienes novio?

Tenía.

Y ¿Qué paso?, ¿Se pelearon?, Ah ya se, lo dejaste por otro, ya decía yo que alguien tan bonita como tú no podía ser tan inocente.

No, ¡Claro que no!, simplemente no resulto como nosotros queríamos, el tenia sus ideas, y yo pues, yo las mías.

Fue ahí cuando empecé a especular sobre el nombre del Libro. Posiblemente seria “Diez pasos para… salir de la depresión”, no, no, no, la chica no se miraba deprimida, bueno entonces seria, “Diez pasos para volver a ser feliz”, tampoco, pues yo no la miraba triste, su sonrisa daba un reflejo de felicidad el cual no miraba en las personas muy a menudo, ya se creo que este si era el definitivo “Diez pasos para armonizar la vida”, porque de que otra manera le encontraría una explicación a la cual ella ha estado viniendo a este lado de la ciudad tan tranquilo, con poca gente y con algo que leer, solo los turistas se pasean por aquí.

Isabel, creo que ya se el nombre de tu libro, pero te debo confesar algo, en realidad si mire parte del título, pero lo que más me intrigo es no saber el título completo, creo que es este, “Diez pasos para armonizar la vida”, ¿me equivoco? O ¿estoy en lo correcto?

Pues…

sábado, 14 de septiembre de 2013

Dias Vividos: Primera Parte.

Dias Vividos: Primera parte
Autor: Carlos Jimenez.


Hoy me sente en el autobus de la vida, manejaba aquella persona cullo nombre para los pasajeros es conductor, pero decidi llamarlo Billy, por razones no convencionales, para mi todos los conductores son billy.
Baje en la calle esperanza, en realidad se llama soledad pero siempre se me figura ver una diminuta luz al final del camino, por eso motivo le puse el nombre de esperanza. 

Segui andando, despistado como siempre, recorriendo el camino como turista, porque realmente en la vida solo estamos de paso, y si todos nos quedaramos en algun lugar dejarian de llamarnos mas turistas y empezariamos a ser residentes, como aquellos cantantes del genero del reggaton, o aquellos aspirantes a medicos cullo internado a acabado y pasan de alguna forma a ser residentes, o aquellos extranjeros que han estado por un largo tiempo fuera de su pais y les otorgan un documento en donde cullo nuevo nombre oficial es residente.
Me perdi una vez mas en la ciudad, la gente cree que me conoce y me saluda, pero yo no a ellos, poque siendoles sinceros no conozco a nadie, solo porque tengamos algo en comun no quiere decir que te conozcan, el tiempo minimo para llegar a conocer a una persona en realidad son 3 dias, por eso el dicho el cual dice: " el muerto y el arrimado a los 3 dias apestan " y siendo honesto las personas hoy en dia no te regalan ni la hora, menos el tiempo para que las conozcas.

Ya era medio dio, sentia el sol en la frente, la ciudad muy ligera y mis pensamientos tan pesados, era hora de la merienda.

Compre un sandwich y un jugo y al instante di gracias por la oportunidad de poder tener alimentos que comer, porque de alguna u otra manera se que en alguna parte del mundo, hay personas que no tienen esa bendicion o privilegio, sea como sea doy gracias.
En el centro de la ciudad tocaba una orquesta, ya que es tradicion tocar los domingos en la tarde, para las personas extranjeras, me uni a la multitud por un momento, despues pense que hago aqui?, y me fui.
Me sente, algo lejos de ahy, hay veces que las multitudes me abruman y termino alejandome, al momento de sacar un libro para leer, se sento una chica al otro lado de la banca, jamas hablamos.
Recuerdo que saco un libro tambien ...