Prisioneros de guerra españoles en un Stalag, campo de concentración Berlín.
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Tres o nada
Dispuestos a proclamarse libres, a salir a caminar
como el sol va por el campo, despreocupado de todo aquel dedo deseoso de
taparle. Opacando las cadenas, los encierros y las sombras. Dispuestos y tan
llenos de valentía, así se sentían aquellos prisioneros de guerra en la cárcel
de Stalag Luft, Berlín. Eran las tres y media de la tarde cuando aquel
personaje alemán hacía presencia en
aquel campo gris, el comandante “Burke Truhan “encargado de mantener a los
prisioneros cautivos. Quien daría la noticia a sus subordinados del cierre
de aquella prisión y la ejecución de más
de doscientos prisioneros en menos de diez días. La informacion se filtro a
todos y cada uno de los carceleros. Algunos con ciertos apodos puestos por los
presos, por su alta capacidad de mortandad entre la población cautiva. Como
todos bien sabemos eran épocas incorruptibles y despiadadas. Aunque la mayoría
de los presos no eran afines al idioma alemán, había ciertos personajes que se
mostraban hábiles para entender el lenguaje.
Antonelli Beltrán era un destacado profesor en
España junto con Fidelio Donato quien asistía como consejero político antes de
la gran guerra. Ellos lograron traducir informacion valiosa que les valió para
hacerse de un gran plan para escapar de aquel
cautiverio. Lograron empatía entre los presos, finalizando con el
liderazgo de más de doscientos personajes. El objetivo era con obviedad,
escapar en menos de diez días teniendo en cuenta tres estaciones intermedias. Haci
que el plan fue cavar un túnel y dos más de reserva. El primer lugar por el que
tendrían que pasar seria por la separación del sitio en donde se quedaban hasta
el sitio en donde residían los carceleros, unos cuatro metros después, pasarían
por las estaciones de vigilancia y de cinco a ocho metros, para pasar el
obstáculo final y llegar hasta el bosque. Todos sabían que sería un arduo e
incesante trabajo. Que dado el caso de que fallaran, costaría la vida de todos.
Había carceleros apostando en crueles actos de humanidad sobre los
prisioneros. Asesinaban por los menos de
4 a 5 al día. Ya no importaba quien era el siguiente o no, siempre eran al
azar, lo que realmente importaba era el cavar más de prisa cada hora.
Los túneles recibieron nombres así como niveles de
importancia. Tom, Dick y Harry. Tom resulto ser el túnel de huida principal, a
este dedicaban la mayoría del tiempo, prisionero que no estuviera a la vista de
la vigilancia alemana, debía por su propia vida, estar cavando en Tom. Harry
era un túnel de reserva, era de casi la misma prioridad que Tom, pero al
contrario de ser un túnel para huir lo utilizaron para almacenar herramientas,
tras el descubrimiento del túnel principal, Tom. Desde ese momento todos se
concentraron en Harry. Dick fue el de menor prioridad, el túnel sacrificado
como distracción en caso de que se sospechara que se estuviera cavando una
salida y así lograr desviar la atención alemana de los otros túneles. Los
prisioneros ante tal desesperación lograron acabar el túnel Harry a los nueve
días. Esa misma noche inicio lo que conllevaría la fuga de más de doscientos
prisioneros, aunque se encontrarían con algunos percances en el camino, como el
fallido calculo de distancias entre el sitio en donde se encontraba la
vigilancia y la barrera que conducía al bosque. Eso tuvo lugar a un mal
desarrollo en la huida y pronto resultaría evidente que no escaparían la
mayoría de los involucrados en aquel plan de escape, si no un poco menos de la
mitad. Apresurados en arrastrarse por aquel túnel para conseguir su salida, se encontraron
con el supuesto problema de que no se había cavado lo suficiente para lograr
salir. Se reunían uno tras otro en aquellos puestos de vigilancia, escondiéndose
de la vista alemana. Aun siendo unos pocos se armaron de valentía, dejando atrás
a los demás que seguían saliendo por Harry. Los Desesperados por salir de aquel
cautiverio, dieron la señal para emprender la huida, en la cual lograron salir
los que se escondían debajo de los puestos de vigilancia. Hubieran logrado
salir aun mas que esa cantidad, pero tras el descubrimiento de algunos presos
corriendo conllevo a los carceleros al descubrimiento del túnel Harry y a la
captura de algunos fugitivos.
En la historia se cuenta que por mandato de Hitler,
se decidió ejecutar a cincuenta de los participantes en aquel plan y aunque las
versiones hayan cambiado tras el tiempo y no lo parezca, siempre habrá una
verdad que nunca cambiara y es que la chispa de la supervivencia de cualquier persona explota en el momento de saber cuando acabara su vida.
Nota: (Esta Historia es una distorcionada a la real de Stalag Luft III)