lunes, 14 de octubre de 2013

Y Tu ¿Que quieres ser de grande?

Distrito de Faisaliah, Jeddah, Afganistan.
Foto tomada el pasado 31 de enero de 2010 por Pepe Cabrera.

Dos Apuestas

Fernandito y Gustavo.

—Oye Fernandito ¿Tu que quieres ser de grande?— Yo… Como el abuelo ¿y tú?
— Como papa. ¿Y porque como el abuelo? Pregunto Gustavo— Tan solo mira aquella sonrisa… es muy feliz, a veces me pregunto si al menos llegare a su edad. ¿Y por qué quieres ser como papa? Pregunto Fernandito. — Papa es increíble, tiene tiempo para trabajar, comer, dormir, soñar, jugar conmigo y con mama, hasta para pensar en lo que no ha hecho— Pero eso solo los fines de semana por lo que me has contado, porque entre semana está muy ocupado. — Pero es el mejor tiempo que paso con él y lo aprovecho, porque sabes, cuando lleguen a llamarlo abuelo, sé que no tendré oportunidad de volver a hacer las cosas que hacemos ahora, tan solo reírnos de los recuerdos— En eso tienes razón, aunque ser abuelo no es tan malo, ¿Sabes que me ha contado el abuelo en todo el tiempo que he pasado con él? — ¿Qué? ¿Acaso el sabe que la luna no es de queso? Pregunto Gustavo— No seas ingenuo, todos sabemos que la luna es de queso, y que ahí es el cielo de los ratones, lo sé porque me lo dijo el abuelo. Cuando era joven, dormía tarde, escuchaba Rock & Roll, se dejaba crecer el pelo hasta parecer un ¡OSO ENORME! y su comida favorita eran las hamburguesas. ¡Que vida la del abuelo! Aunque también me ha contado que no todo eran risas y felicidad. Tambien tuvo que pasar sus momentos malos. — ¿Ah sí? ¿Cómo cuales? — Como la perdida de mi abuela, eso marco su rumbo durante algunos años. Un día se dio cuenta de que miraba a la niña que me gusta y me dijo “Fernandito si alguna vez te llegas a enamorar de una chica, amala hasta que tus huesos se quiebren, hasta que el mar de toda la tierra se seque y hasta que el Rock & Roll deje de ser vida para tus oídos, hasta entonces sabrás que la amaste con todas tus fuerzas” — El otro día mire a papa que estaba revolviendo algunas cosas de aquellos cajones que él tiene en la sala, supuse que estaba buscando unos documentos del trabajo, pero se encontró con unas fotos, me acerque a ver de quienes eran… ¿Yo también quiero ver papa? ¿Quién es este señor que está aquí? Le pregunte. ¡Mira Gustavo! Me dijo con una tristeza en los ojos, este es tu abuelo, falleció ya hace algunos años, antes de que nacieras. — ¿Y tu que le dijiste Gustavo? — ¿Qué era lo que más recordaba del abuelo? Y me dijo que casi no pasaba tiempo con él, porque se la pasaba trabajando o descansando y al final del día no quedaba más tiempo para nada. Me dijo “Sabes Gustavo, me hubiera gustado pasar más tiempo con mi padre, aunque fuera en momentos breves, eso me habría hecho muy feliz. Sé que no paso mucho tiempo contigo, pero cuando estoy me siento muy feliz “Y me dio un abrazo, y sé que nunca voy a olvidar ese abrazo, ni el poco tiempo que paso con él— Tu quieres tanto a tu padre como yo a mi abuelo, me pregunto si tienen idea de que queremos ser como ellos. — Mira Fernandito, estoy seguro de que cuando crezca voy a querer ser muchas cosas, pero hoy te puedo decir… Que quiero ser como mi papa.

2 comentarios:

  1. La inocencia de la niñez y la verdad que encuentra camino en sus palabras. Realmente un lindo relato, me dejas con una buena sensación de inicio de semana. Gracias por compartir!

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    1. Gracias a ti por regalarme unos minutos de tu tiempo. Excelente dia.

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