Distrito de Faisaliah, Jeddah, Afganistan. Foto tomada el pasado 31 de enero de 2010 por Pepe Cabrera. |
Dos Apuestas
Fernandito y Gustavo.
—Oye
Fernandito ¿Tu que quieres ser de grande?— Yo… Como el abuelo ¿y tú?
—
Como papa. ¿Y porque como el abuelo? Pregunto Gustavo— Tan solo mira aquella
sonrisa… es muy feliz, a veces me pregunto si al menos llegare a su edad. ¿Y
por qué quieres ser como papa? Pregunto Fernandito. — Papa es increíble, tiene
tiempo para trabajar, comer, dormir, soñar, jugar conmigo y con mama, hasta
para pensar en lo que no ha hecho— Pero eso solo los fines de semana por lo que
me has contado, porque entre semana está muy ocupado. — Pero es el mejor tiempo
que paso con él y lo aprovecho, porque sabes, cuando lleguen a llamarlo abuelo,
sé que no tendré oportunidad de volver a hacer las cosas que hacemos ahora, tan
solo reírnos de los recuerdos— En eso tienes razón, aunque ser abuelo no es tan
malo, ¿Sabes que me ha contado el abuelo en todo el tiempo que he pasado con él?
— ¿Qué? ¿Acaso el sabe que la luna no es de queso? Pregunto Gustavo— No seas
ingenuo, todos sabemos que la luna es de queso, y que ahí es el cielo de los
ratones, lo sé porque me lo dijo el abuelo. Cuando era joven, dormía tarde,
escuchaba Rock & Roll, se dejaba crecer el pelo hasta parecer un ¡OSO
ENORME! y su comida favorita eran las hamburguesas. ¡Que vida la del abuelo!
Aunque también me ha contado que no todo eran risas y felicidad. Tambien tuvo
que pasar sus momentos malos. — ¿Ah sí? ¿Cómo cuales? — Como la perdida de mi
abuela, eso marco su rumbo durante algunos años. Un día se dio cuenta de que
miraba a la niña que me gusta y me dijo “Fernandito si alguna vez te llegas a
enamorar de una chica, amala hasta que tus huesos se quiebren, hasta que el mar
de toda la tierra se seque y hasta que el Rock & Roll deje de ser vida para
tus oídos, hasta entonces sabrás que la amaste con todas tus fuerzas” — El otro
día mire a papa que estaba revolviendo algunas cosas de aquellos cajones que él
tiene en la sala, supuse que estaba buscando unos documentos del trabajo, pero
se encontró con unas fotos, me acerque a ver de quienes eran… ¿Yo también
quiero ver papa? ¿Quién es este señor que está aquí? Le pregunte. ¡Mira
Gustavo! Me dijo con una tristeza en los ojos, este es tu abuelo, falleció ya
hace algunos años, antes de que nacieras. — ¿Y tu que le dijiste Gustavo? —
¿Qué era lo que más recordaba del abuelo? Y me dijo que casi no pasaba tiempo
con él, porque se la pasaba trabajando o descansando y al final del día no
quedaba más tiempo para nada. Me dijo “Sabes Gustavo, me hubiera gustado pasar más
tiempo con mi padre, aunque fuera en momentos breves, eso me habría hecho muy
feliz. Sé que no paso mucho tiempo contigo, pero cuando estoy me siento muy
feliz “Y me dio un abrazo, y sé que nunca voy a olvidar ese abrazo, ni el poco
tiempo que paso con él— Tu quieres tanto a tu padre como yo a mi abuelo, me pregunto
si tienen idea de que queremos ser como ellos. — Mira Fernandito, estoy seguro
de que cuando crezca voy a querer ser muchas cosas, pero hoy te puedo decir… Que quiero ser como mi papa.
La inocencia de la niñez y la verdad que encuentra camino en sus palabras. Realmente un lindo relato, me dejas con una buena sensación de inicio de semana. Gracias por compartir!
ResponderBorrarGracias a ti por regalarme unos minutos de tu tiempo. Excelente dia.
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